Nuestra capacidad de encontrar futuro

Por Juan José Goñi Zabala. Doctor ingeniero industrial y cofundador de APTES

Cuando estamos en momentos de incertidumbre, como los actuales, el futuro se desdibuja o se hace sombrío. Nos vamos acostumbrando a recibir solo malas noticias y a no creer que el futuro, eso que llegará, sea mejor que lo ya vivido. La referencia a la incertidumbre permanente evita hacer promesas políticas, económicas y sociales. Solo prosperan las promesas tecnológicas, por lo que no hay quien se atreva a adquirir compromisos impactantes respecto al futuro. Hablamos de encontrar futuro, no tanto de crearlo; es a lo que podemos aspirar, y no es poco. Y más si ese futuro es beneficioso para una importante mayoría de la ciudadanía. En muchas ocasiones se dice que el futuro se construye y que depende de nosotros, lo que es una afirmación muy incompleta o engañosa. Lo acabamos de vivir. Basta comparar lo que imaginábamos sobre nuestro futuro en 2019, antes de la pandemia o de la guerra de Ucrania, con la realidad actual y las expectativas. Son muchos los elementos ajenos, lejanos y desconocidos que nos afectan, y que nos conducen a unas decisiones y situaciones no imaginadas en ese futuro, que llega siempre sorprendiendo.

Siendo realistas y no teóricos de la gestión social, podemos decir que el futuro es un encuentro en el tiempo, con una duración plurianual, que puede ser afortunado o desafortunado, exitoso o calamitoso. Es el encuentro de una serie de circunstancias, tendencias, condiciones y dinámicas que caracterizan unos lustros o una época. Lo deseable es que los futuros sean afortunados, en términos de condiciones de vida de quienes conforman un colectivo próximo y de muchos colectivos vecinos. Construir el futuro desde quienes lo van a experimentar es una utopía, pues supone un infinito grado de libertad para actuar sobre las tendencias, y sobre todo sobre las decisiones de otros países, empresas y corrientes políticas globales.

¿Pero qué podemos hacer para que ese encuentro sea lo más favorable posible a las personas que lo han de vivir? ¿Cómo evaluar si estamos en las mejores condiciones para que el próximo sea un futuro exitoso? ¿Qué políticas seguimos para adecuarnos a los escenarios cambiantes que caracterizan el entorno?

En primer lugar, parece claro que tenemos que saber lo que queremos, y que eso que queremos sea satisfactorio y sostenible en el tiempo para una mayoría. (…)

En segundo lugar, tenemos que asegurar que queremos mayoritariamente este destino y que estamos dispuestos a invertir y, sobre todo, que hay voluntad personal de muchas personas en conseguirlo. (…)

En tercer lugar, tenemos que asegurar que tenemos las bases tecnológicas y culturales, y que estamos desarrollando capacidades personales, profesionales, institucionales y cívicas para conseguirlo. (…)

Y en cuarto y último lugar, asegurarnos de que tenemos la suficiente autonomía de acción para elegir y desplegar las iniciativas necesarias, es decir tenemos una suficiente independencia del entorno externo, de la economía global y de las iniciativas de otros territorios o países. (…)

Accede aquí al artículo completo, publicado por Noticias de Gipuzkoa el 1 de Setiembre de 2022.

Helduak Adi!
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